De sobra conocido como condimento, el pimentón es un fantástico aliado en la cocina: da color, aporta sabor y añade un agradable aroma a todos los platos en los que se utiliza. Y, de entre las diferentes variedades, el pimentón ahumado de el sequero ofrece, además, un toque de suavidad y distinción a cada guiso.
El secreto no es otro que su proceso de elaboración. Su materia prima y única son pimientos de variedades autóctonas de la zona de Candeleda, sembrados y cuidados con mimo hasta el momento de la recolecta. Una fase que se hace exclusivamente a mano para elegir cuidadosamente solo las mejores piezas, las de mayor calidad.
Tras ello, llega esa fase que en la que los pimientos adquirirán ese aroma particular: el secado. Un proceso que se realiza con el humo de encina y de roble, que es el que le dará ese toque que luego el pimentón trasladará a cada plato en el que se utilice.
Y es un proceso largo y delicado para conseguir el punto exacto. Quince días en los que hay que voltear los pimientos con cuidado para que vayan secando y adquiriendo ese aroma inconfundible. Así es, y así ha sido durante tres siglos, porque todo el proceso es absolutamente artesanal.
Sabor en cualquier plato
El pimentón ahumado es perfecto para platos de pescado, para verduras y también para guisos de legumbres. De hecho, es muy apreciado no solo por su agradable sabor, sino también por el color que aporta a la comida, ya que su poder colorante es muy alto.
Y siempre un consejo, para evitar que se pierda en el proceso de cocción el aroma tan característico del pimentón ahumado conviene añadirlo a la cazuela al final de la cocción. El resultado será un plato mucho más exquisito.