Crítica sobre la nueva película de Thor: el mundo oscuro

A pesar de que la primera mitad de la película presenta claros altibajos, todo cambia en su tramo final, mucho más espectacular y entretenido. Una decente secuela en la que se combina muy bien la acción y el humor.

Conforme Marvel ha ido estrenando sus películas de superhéroes, más he tenido la sensación de que cada una de esas entregas se asemejaba al capítulo de una serie de televisión. Así, se pueden disfrutar de forma individual, si bien en su trama se ocultan ciertos detalles que sirven como enlace de todas ellas. Eso es lo que acontece en “Thor: El mundo oscuro” (ver tráiler y escenas), donde no faltan guiños al pasado y referencias a futuros largometrajes de la compañía (lo que a su vez sirve de aliciente para que el espectador continúe interesado en las aventuras de los distintos personajes que conforman este vasto universo proveniente de los cómics).

“Thor: El mundo oscuro” posee una sencilla introducción en la que se nos presenta al villano de la historia (un irreconocible Christopher Eccleston), quien, por cierto, no resulta especialmente carismático. En los siguientes minutos de la película se persigue reunir a los principales personajes de la historia, encontrándonos ante los pasajes menos interesantes del filme. Por suerte, todo cambia en su segunda mitad, simple pero muy amena. Al igual que su antecesora, esta secuela combina fragmentos de acción con otros cómicos. Respecto a los primeros, observamos desde batallas aéreas hasta una original pelea entre Thor y Malekith que se desarrolla en distintos lugares del universo (por cierto, los efectos especiales y sonoros de las refriegas en las nubes casi parecen sacadas de la última trilogía de “Star Wars” que estrenó George Lucas). En cuanto al humor, es muy similar al de “Thor” (atentos a Kat Dennings y Stellan Skarsgård, quienes nos hacen reír en no pocas ocasiones).

El que no termina de convencerme es Alan Taylor, cuya labor como realizador se asemeja a la de un mero artesano de Hollywood. El cineasta no sabe dotar de personalidad a las imágenes del filme, provocando con ello que varias de sus escenas no desprendan la fuerza que se esperaba de ellas. En cuanto a los actores, no hay duda de que Chris Hemsworth nació para dar vida a Thor, mientras que Natalie Portman vuelve a pasar desapercibida a causa de que los guionistas no han sabido dotar a Jane Foster de un carácter más enérgico (todo lo contrario de lo que le sucede a Jaimie Alexander en el papel de Sif). Tom Hiddleston se dedica a robar planos con sus apariciones, mientras que Anthony Hopkins no necesita esforzarse mucho para que se note su presencia en la pantalla. A pesar de sus innegables defectos, “Thor: El mundo oscuro” nos ofrece un entretenido y comercial espectáculo.

Fuente: http://www.labutaca.net/criticas/thor-el-mundo-oscuro-enemigos-del-pasado/

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